Mi padre tenía una frase de cabecera, una entre varias en realidad. Sólo que tal vez esta me quedó grabada porque se la dijo a una prima: "en la vida todo llega". En este caso se refería a una discusión trivial sobre música y la conversación surgió luego de que ella dijera que "a mi nunca le iba a gustar la música clásica".
Es cierto que a medida que vamos creciendo, nuestros gustos van cambiando y también es cierto que a medida que vamos experimentando nuestros gustos se vuelven más complejos. En la vida todo llega. Sólo hay que saber esperar.
En general, en este mundo, todo tiene un tiempo. Es bastante torpe o inútil tratar de saltear etapas. No se puede cosechar la fruta cuando aún esta verde. O tal vez, si, solo que no la vamos a poder consumir en ese momento. La vida tiene su tiempo y aprender a disfrutarla tiene un sabor a especial.
Lamentablemente es algo que uno aprende tarde, porque antes no tenemos esa capacidad de discernimiento. La curiosidad le gana a la prudencia y el fuego se arrebata. Y eso nos impide disfrutar del viaje. Porque el proceso es en general tan sabroso como el resultado.
Tal vez vengo de un universo distinto, tal vez soy solo un poco más viejo, este mundo de la inmediatez me tiene un poco cansado. Yo solo quiero disfrutar de la vida sin atajos. Será mucho pedir?
Siento que este mundo dominado por las apps donde todo el tiempo estamos estimulados a probar otra cosa nos impide tal vez reflexionar e ir un paso más allá. Las conexiones son mucho mejores cuando se generan en un tiempo. Y cuando se dan de a una. Cuando tenemos menos, disfrutamos más porque le damos valor a lo que tenemos.
Somos felices cuando sabemos que tal día a tal hora nos vamos a volver a ver, como le dice el zorro al principito. Si todo queda a un click de distancia, si la felicidad depende de lo que viene después y no de estar hoy acá disfrutando de las cosas simples, la vida no vale más nada.
Lo dije ya mil veces, me encanta ver a en Alemania a los mayores disfrutar las compañías, servir un té, caminar juntos de la mano como si no existiera el mañana. Porque para ellos tal vez no haya mañana y por eso saben disfrutar del hoy.
Supongo que eso también va a llegar y voy a poder disfrutar de muchos atardeceres caminando abrazado y recibiendo visitas para tomar el té en una vajilla de porcelana inglesa. Porque en la vida, como bien decía mi padre, todo llega. Sólo hay que saber esperar. Y disfrutar de la espera.
Necesito más dulce de leche. Voy a ponerme a cocinar y mientras lo espero, voy a disfrutar de la Nutella. Porque la vida fue pensada para que la disfrutemos. De a poquito.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarBorré el anterior comentario porque tenía typos y no da la opción "editar".
ResponderBorrarEs muy linda la imagen que elegiste para ilustrar esta entrada en tu blog. También me gustó la expresión "no se puede cosechar la fruta cuando todavía está verde", es cierto que hay un lugar y un tiempo para todo. Por ejemplo en mi caso, nunca me enamoré, por lo que nunca experimenté ese "amor joven" del que la gente tanto habla, y es algo que nunca voy a experimentar, por más que conozca al indicado mañana, porque no se pude volver el tiempo atrás ¿Me arrepiento? Sí, por supuesto, pero si me quedo estancada en la queja y el reproche (a mí misma) voy a desperdiciar el presente y todas sus oportunidades.
Muchos, supongo que la mayoría, pensarán que es patético estar buscando mi primer amor a esta edad pero no me importa, peor es no buscarlo nunca. Yo quiero mirar adelante, al futuro, debe haber alguien en este mundo, un alma solitaria que quiere dejar de serlo y con quien caminar de la mano y envejecer juntos.
Gracias por tu comentario. Nada es patético y no hay tiempo para el amor. O como puse hay que darse los tiempos. Si te sirve además, me compré una remera que dice Never look back, porque lo único que no podemos hacer es volver el tiempo atrás. La vida sigue, todo llega.
Borrar