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La vida es flujo

 



La vida es flujo. Lo aprendí desde chico. No se trata tanto de cuanto puedas acumular porque al final del día nada de todo eso te vas a poder llevar. Tiene mucho más que ver con disfrutar de lo que tenés, compartiendo con otros, porque todos en conjunto somos mucho más que la suma de nuestras individualidades. Nos potenciamos al compartir. Son los 5 peces y 3 panes del evangelio.

Y si necesitaba comprobarlo, esta semana que acaba de pasar no hace más que confirmar mi teoría. Si terminás tomando unas cervezas un martes a la noche con un compañero de trabajo que no veías desde hace 20 años, cuando yo me fui a Boston y el a Frankfurt y se suma otro que iba conmigo a la facultad y ahora es el director general de una bodega argentina, es porque la vida es circular. 

Todo eso sucedió en un espacio geográfico que no tiene nada que ver con la realidad de ellos en este momento: Düsseldorf.  Eventualmente, además, en un tema que en todo caso los reúne a ellos y al que yo llegué medio de carambola. 

Porque incluso más interesante es como llegué yo a encontrarlos a ellos. Fui a la feria de los vinos que se realiza todos los años en esta ciudad buscando inspiración para mi idea de comercializar vinos. Lo encontré al embajador, me refirió a una bodega y a partir de ahí se fueron cayendo las cartas una tras otra. El resultado es el que conté. 

Ahora si además cuento que en realidad fui a la feria porque una sommelier que me presentó otra amiga me insistió para ir y me truchó un documento para que pueda entrar y que hoy terminamos la sommelier, su marido y yo comiendo la pata de jamón que me regaló esa amiga en común porque se iba a vivir a España con su novio directamente debería cerrar este post.

 Lo más interesante además es que, lo que hasta ayer era un proyecto en papeles, hoy nos tiene  a todos conversando y sus ideas no hacen más que potenciar las mías. De hecho ya sumé a la sommelier, tengo el apoyo de 4 o 5 bodegas y el embajador se comprometió a darme un espacio para difundir mi negocio. 

Es solo el comienzo de algo que ya tiene el color del dulce de leche y la nutella juntos. El todo es mucho más que la suma de las partes. 


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