Lo había escrito el otro día, en la vida todo llega. Si no llega, es porque no es el momento correcto o porque no tenía que ser. O ambas.
Suena raro escribir esto desde Alemania, en el que en general, las cosas llegan. y en la mayoría de los casos, a tiempo. No, los trenes no, ahora de eso tampoco nos vamos a quejar porque vengo de un lugar en el que no llegaban directamente.
De hecho creo que los alemanes se mal acostumbraron un poco la previsibilidad y como que les cuesta demasiado improvisar o ser espontáneos. Todo lo que sucede tiene como un comienzo y un final muy marcados y no hay espacio para un "lo estamos pasando bien, porque no seguimos...".
Y no seguimos porque al menos uno de los 2 tiene un horario que cumplir y en 30 minutos tiene que estar acá o allá. No hay espacio para robar 5 minutos más. A nadie se le ocurre. Como tampoco nunca a nadie se le va a ocurrir reemplazar ingredientes en una receta, es eso o no se cocina. Es como si estuviese todo reglado. De hecho, muy probablemente lo esté.
Y entonces la duda que me aqueja: el amor tiene fecha de vencimiento en este país? Porque cuando voy al super acá cerca, a las cosas que están por vencer, les ponen un descuento para que se vayan. Obvio que no le vas a poner un "Love for Sale"...suena casi a taxi boy.
Además de que no sería el camino, porque nada peor que tratar de que te lleven como si fueses un paquete a punto de vencer. Creo que tal vez sería algo más como la oferta inversa, un "too good to go", Hace más sentido. Solo que en un lugar tan poco espontáneo como este, se me ocurre que cualquiera de esas cosas serían consideradas como fuera del libreto. Y fuera del libreto acá no funciona. Como que no hay espacio.
Así las cosas, me siguen pareciendo graciosos los avisos que vienen en el periódico zonal, que es la forma que tienen en este país poco digitalizado de darse a conocer los candidatos: "caballero, elegante y culto, gusta de viajar y busca compañía. Ud. sabe lo que quiere, es dócil y amable. Solos fines serios". Son básicamente los mismos que aparecían en el Argentinisiches Tageblatt que compraba religiosamente mi padre los sábados.
En cualquier caso, por obvias razones, no conseguí cita para Navidad y lo voy a pasar como me recomendó la sicóloga el año pasado: comiendo algo rico y tomando una buena botella de champagne. Que no todo está perdido y que la vida es una sola. Prefiero eso a poner un aviso en el diario. Es mås digno. Además y con sinceridad, fue un año increíble y lo tengo que celebrar, igual solo o acompañado.
Y por supuesto que no van a faltar ni dulce de leche ni nutella. Solo que me voy a tener que apurar a comprarlos porque me temo que mañana cierren los super y por los 3 días que dura la Navidad no pueda conseguir más nada.
Esa también es la diferencia: ellos ya compraron todo...yo voy mañana casi al cierre. porque si no hay de lo que quiero, de todas maneras puedo vivir con otra cosa. Y si no queda dulce de leche, lo cocinaré...esta vez si, siguiendos religiosamente la receta de mi abuela.
Comentarios
Publicar un comentario