Ir al contenido principal

Los alemanes y sus horarios

 Alemania es el país de las reglas. Sucede que básicamente hay reglas para todo y encima son observadas porque todos de alguna u otra manera contribuyen a la ejecución de la norma. Es como si todos fuésemos policías encargados de mantener el orden público haciendo valer la ley. 

En ese contexto, los horarios tienen una lógica especial, porque le ponen inicio y final a las actividades y no hay un espacio para acomodarlo. A las 9 es a las 9 y no a las 9:05 o a las 8:55. Supongo que tendrá que ver, entre otras cosas, con que el clima no ayuda y entonces no llegar a tiempo supone que el que está esperando la pase tal vez mal si es un encuentro en una esquina.

Viniendo de un lugar en el que los horarios no existen, porque el clima es bueno y se vive relajadamente, debo decir que el de los horarios es de las cosas que más me cuesta incorporar.

No solo los horarios, dicho sea de paso, sino esa costumbre infinita de pactar encuentros para dentro de 4 semanas a una hora determinada. Si ellos se enterasen que de donde uno viene, lo más que podemos llegar a proyectar con los próximos 2 a 5 días, creo que les da un ataque. Porque entre otras cosas, esta gente se pone muy nerviosa cuando no tiene algo programado.

Y acá estoy yo, tratando de armar citas con horarios tan flexibles que parecen casi un chicle, mientras que del otro lado la expectativa siempre es que nos encontremos a una hora precisa en determinado lugar. Y me parece bien, solo que no tengo esa dinámica, no manejo esa lógica y para mi el tiempo en un lugar indefinido. 

De igual manera, me habían invitado a un cumpleaños, por esas casualidades de la vida. llegué unos minutos antes y de manera muy cordial, me invitaron a retirarme y volver en 15' algo que difícilmente supongo que pase en Argentina porque todos llegamos no menos de 15 minutos tarde y a nadie se le va a ocurrir no dejarlos entrar si llegan antes de tiempo. 

Bueno nadie no. este argentino alemán ya va incorporando algunas cuestiones y la verdad es que cuando uno empieza a vivir en un zoológico, se hace difícil, por no decir imposible, volver a la selva.

Por eso hace un tiempo había quedado en encontrarme con un par de Argentinos, pactamos un lugar y al ver que no llegaba a tiempo, avisé que estaba un par de minutos demorado. Del otro lado me respondieron "yendo" dando a entender que estaban saliendo de la casa. Grande y desagradable fue mi sorpresa cuando llegaron 40 minutos después de lo pactado. Mi costado alemán casi que no lo pudo resolver. Al punto que ya me cayeron mal de entrada.

La nutella y el dulce de leche cumplen funciones parecidas, tienen texturas muy distintas y combinados pueden llegar a caer pesados, sobre todo si los comemos en cualquier horario. Dulce de leche además hay infinidad de marcas, de nutella prácticamente una sola y se come siempre con el desayuno, que por regla tiene que ser 7:30 A.M. Si llegan después, no lo van a encontrar. A este amigo alemán por adopción, probablemente tampoco.  



Comentarios

Entradas más populares de este blog

El eterno verano alemán - Mudarse no es opción

Estamos teniendo un verano, o un anticipo del verano increíble, con poca lluvia, bastante sol y temperaturas más que agradables. La verdad es que el verano alemán, si llega, es muy lindo. Digo si llega, porque el año pasado tengo la sensación de que prácticamente nunca existió.  Ahora en caso de que llegue, los días son super agradables, la gente está en general de mejor humor y se puede aprovechar muy bien el tiempo porque la tarde rinde hasta bien entrada la noche. Así las cosas, todos también tenemos ganas de hacer más cosas y es normal que en la cabeza aparezcan "los planes". Me la paso pensando, siempre fui así, al punto de parecer que estoy distraído. En realidad más que distraído, estoy hundido en mis pensamientos. Nunca no estoy pensando, razonando, tratando de entender. Y eso también es un problema porque hay cosas que si las pensás demasiado, no las hacés.  Sin mencionar, además, que no todo puede o debe ser racionalizado. Las cosas hay que sentirlas más y pensarlas...

Y si no hay mañana? Preguntas existenciales de un domingo por la noche.

Vengo de una familia de origen alemán en la que el "deber ser" siempre estuvo en el centro de la escena. De hecho no alcanzaba solo con el deber. El deber esa era la base de la pirámide. Para ser digno, había que ir siempre más allá de simplemente lo debido. El verdadero mérito tenía entonces 2 variables muy definidas: hacer el bien siempre y evitar por cualquier motivo el mal. El privarse de algo de lo que otros disfrutaban era muy meritorio. Tomar primero lo que estaba disponible, era algo que estaba intrínsecamente mal.  Si bien me parece una manera valiosa de formar a una persona y no pretendo renegar en absoluto de la forma en la que fui educado, entiendo que en todo caso le faltaba el balance de la vida real, la que se vive fuera de la casa.  Por supuesto que hay un valor en aprender a postergar. Los que son inteligentes emocionalmente, básicamente pueden conectar de una manera distinta con los demás porque entre otras cosas, aprendieron a postergar. También es muy vali...

Mi testamento - La lapida que me van a dedicar

  Esta semana se me había cruzado una idea genial para este post y como suele pasar con las ideas, cuando uno no las anota, desparecen. Copa de alcohol mediante, acabo de recuperar la memoria y prometo que las semana que viene les cuento como sigue mi búsqueda de amor en el país de los seres individuales. No es que haya avances, ahora se me ocurrió algo divertido y la semana que viene lo escribo. Claramente cualquier otro tema queda eclipsado por la muerte de Francisco y sobre eso voy a escribir.  Por supuesto que un evento como la muerte no nos deja nunca indiferentes. Creo que naturalmente todos ponemos a un lado nuestras diferencias y le deseamos al difunto lo mismo que nos desearíamos a nosotros mismos: que se nos recuerde con amor. Y si me preguntás hoy, a Francisco lo vamos a recordar de esa manera. El tiempo suele poner las cosas en su lugar y cualquier diferencia pasa a ser una cosa mínima, totalmente eclipsada por el hecho de la perdida. En lo personal, no me gustó el...