Hoy me tocó jugar la final del master de la zona de Neuss, que sería algo así como la primera ciudad grande al lado del pueblito. Perdí, creo que jugué bien dentro de lo que juego y encima tenía un dolor tremendo en el brazo, así que me voy feliz con mi 2do puesto.
El tenis es una de esas cosas que heredé. Mi familia extendida del lado de mi madre tiene un campo en la zona de cañuelas y ahí adentro cada familia tiene una casa. En el centro del club de campo, 2 canchas de tenis en las que veía jugar a mi madre con sus primos.
Cuando tenía 5 o 6 me regalaron mi primera raqueta marca "mundial" y con esa empecé a jugar. Nos hicimos socios de un club, después de otro y la pasión siguió creciendo. Creo que a los 10 jugué mi primera final en algo que se llamaba "la posta de las lomas", unas canchas privadas que estaban en San Isidro, cerca de la casa de unos primos. Esa la gané...era contra una nena....jaja. Me dieron una caja de chicles y una remera de bazooka. Otro recuerdo que tengo es el de irme a dormir con mi raqueta porque al día siguiente tenía un partido importante.
Si bien nunca dejé de jugar, mi promisoria carrera encontró muy rápido un techo y mi sueño de ser un jugador de elite quedó trunco. Soy (o era) bastante rápido y tenía buen saque y una buena derecha. De todo eso, queda la derecha tal vez. Y la pasión, porque el tenis no te abandona nunca.
De hecho, el primer día que llegué al pueblito, fue bajarme de la estación de tren para descubrir que había un club de tenis al lado. Casi que definió el lugar en el que me iba a instalar, porque obvio, el tenis manda. Lo mismo me había pasado en Berlín hace 15 años: hacían como 0 grados en el medio del invierno y justo detecté a unos jugando así que pregunté y terminé anotado.
A mi ex el tenis no le importaba, de hecho nunca la logre incorporar a la actividad y eso entre otras cosas nos fue separando porque al final terminás eligiendo y la pasión manda. Mi abuela fue más inteligente y como mi abuelo jugaba golf y le molestaba que se fuera 6 horas a jugar, empezó a jugar también.
Sin ir más lejos, una de las cosas que me marcó fue que un torneo que estaba jugando cuando todavía éramos novios, los 2 habíamos ido con nuestras parejas a la cancha. Como el clima se puso feo, mi ex se fue a la confitería mientras que la novia del rival se quedó viendo todo el partido. Adivinen quién ganó y donde quedó esa factura imposible de pagar?
En cualquier caso, el tenis en Alemania está muy bien organizado y con muy poca plata te anotás en un club y empezás a jugar. Tenés interclubs contra los otros pueblitos de la zona o torneos varios de forma que siempre tenés chance de jugar. Cada uno tiene un ranking y a medida que vas ganando, vas subiendo y enfrentando a rivales de mayor fuste.
La principal diferencia con Buenos Aires (porque no se tanto cómo es en el interior) radica en la forma que tienen los clubes: son muy sociales, en el sentido de que pagás realmente muy poco y te comprometés a participar del mantenimiento activo de las instalaciones que son casi públicas. O sea, son privadas, porque es solo para socios, ahora se mantienen como la plaza del pueblo, con la colaboración de todos.
Y el problema, al menos en este pueblito, es que si te peleas con un par, te quedaste afuera del club y de casi de todo. Por eso este segundo puesto tiene un significado especial para mi y se los dedico a mis ex compañeros de equipo que este año me dejaron afuera de la final sin siquiera tener la delicadeza de llamarme para conversar.
Para mi lo más importante del tenis y de cualquier deporte en general, es el nivel de compromiso que genera. Compartir con otros y competir contra nosotros mismos, como en este caso, nos ayuda a mejorar. Tuve realmente un muy buen año de tenis y solo me resta ganar más partidos, es decir, volverme más regular. Estoy seguro de que lo voy a conseguir.
Vamos por la copa del año que viene. También por el dulce de leche y la nutella. Que nunca falten...lo mismo que el tenis, me mantienen vivo y en un lugar a veces tan triste como este, eso no es poca cosa.
Comentarios
Publicar un comentario