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Nos deportan a todos? - Conexión en Berlín

Vengo de una familia de alto compromiso político. La política estuvo siempre de alguna u otra manera presente en el seno familiar, no tanto como por el rol activo de alguien, sino como parte de la vida familiar. 

En el fondo soy de la generación que vivió el regreso de la democracia y creo que en Argentina la política además se vive con pasión. Al menos en mi casa era así. Por eso no me sorprendió tanto encontrar en la casa de mi tío una carta de mi abuelo a mi bisabuela en la que le cuenta que está participando del golpe de estado contra Irigoyen. "El peludo es un mediocre que tiene que caer..." llegué a leer.

En realidad miento: me sorprendió. Porque no esperaba esa conexión con mi abuelo y me sirvió para comprender algunas cosas. A raíz de esa historia, mi bisabuela entendió que mi abuelo se estaba metiendo en problemas y lo mandó a Alemania donde tuvo la desgracia de caer prisionero de los nazis por estar flojo de papeles. Tuvo suerte y lo único que le pasó fue que lo regresaron a Argentina. Otra pudo haber sido la historia de la familia si eso no hubiera sucedido.

Mi padre también tuvo un rol activo en la política. Mientras estudiaba en la universidad, se la pasaba discutiendo con Pilo Bordón y otros miembros de la juventud peronista. Me contó que lloró de tristeza el día que Perón regresó a la Argentina convencido de que el país se volvía inviable. Mi abuelo en su momento lo puso contra la pared cuando se enteró de que estaba militando las ideas socialistas. Y a lo largo de mi infancia lo vi siempre involucrado en distintas actividades partidarias. Nunca se quiso meter de lleno solo porque consideraba que la política era un fango. 

En la ventana de mi cuarto en la casa de mis padres, tengo un calco de la CDU. Lo trajo el en una de sus visitas a Alemania y me dio como un contexto de lo que sería un comparable de sus ideas en este país. Siempre estuvimos a la derecha de todo. Liberales...siempre liberales.

Mi presente en Alemania también está rodeado de política. Se vienen las elecciones y pasé las últimas semanas escuchando a todos y mirando talk shows que hacen de caja de resonancia de lo que sucede en este momento. Me animo a decir que estamos sentados arriba de un polvorín y que no tenemos noción de lo que va a suceder el domingo. 

Y si algo nos faltaba era que vinieran los yankees a explicarles a los alemanes lo que tienen que hacer. Para los locales, que son en el fondo bastante nacionalistas, eso es casi una falta de respeto y lo único que puede suceder es que la cosa se radicalice bastante más. Yo creo que cuando se abran las urnas el domingo, nos empiezan a deportar de a uno como a mi abuelo. 

Sólo una cosa puede evitar que eso suceda y sería una campaña del miedo que los haga reflexionar. Algo así como "si votás al AfD te vas a quedar sin Sushi y sin restaurantes chinos". Imaginate tener que vivir a salchichas y cerveza. Nos morimos antes de la deportación. Me voy a ir Berlín, a ver si como habría hecho mi abuelo, los puedo hacer reflexionar. 

El martes hice Dulce de leche y me salió tan blanco que parece ario. Es la forma que encontré para que no me lo quiten cuando me requisen la heladera. La Nutella queda proscrita hasta que le cambien el color. 

   

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