Lo comentábamos el otro día en las redes: ya no se lee. O al menos no se lee como antes. te quedás con el título y en el mejor de los casos, si te gustó, haces click y miras por arriba. Creo que este título tiene punch, y si te trajo hasta acá, no me equivoqué al elegirlo. Arranqué este post a sólo 3 días de tomarme un avión para volver a Argentina. Y lo que debería ser motivo de alegría para casi todos, porque regresar es reencuentro, fue para mí una de las batallas emocionales más grandes que me tocó enfrentar, al punto de cancelar el vuelo y 48 horas después volver a comprar el pasaje. Una locura. Bueno, volver a Argentina tampoco es para gente cuerda. Digamos todo. Por supuesto que me gusta Argentina. Es donde están muchos de mis familiares y amigos y ya estoy disfrutando de su compañía. El tema es que no me siento preparado para volver. Y no estoy preparado para volver, porque Argentina es mi pasado más no mi presente y mucho menos mi futuro. O al menos no lo veo como mi destino, ...